Una mirada a la adolescencia.
"Ser padre de un adolescente puede sentirse como navegar en aguas turbulentas: días de risas y complicidad, seguidos de momentos de confusión y frustración. ¿Cómo comprender realmente lo que está pasando por la mente de tu hijo? En este blog, desentrañamos algunas claves para acompañar a tu adolescente en esta etapa crucial. Porque, aunque la adolescencia pueda ser un territorio desconocido, no tienes que recorrerlo solo."
Por Fernando Alcántara
¿Qué sabemos sobre los adolescentes?
La
adolescencia es una etapa fundamental en el desarrollo humano, marcada por
profundos cambios a nivel físico, hormonal, cognitivo y emocional. Aunque todos
los seres humanos atravesamos transformaciones en distintas fases de la vida,
la adolescencia destaca por sus particularidades y por ser un periodo crítico
en el que se gestan las bases de la adultez.
Históricamente,
la adolescencia fue vista como una fase "independiente" en el ciclo
vital, donde los jóvenes desarrollan las habilidades necesarias para
convertirse en adultos. En Occidente, el siglo XX vio el reconocimiento formal
de esta etapa como una fase crucial para el crecimiento y la autodefinición
(Papalia, Olds y Feldman, 2009). Sin embargo, cuando hablamos de adolescentes,
a menudo nos enfocamos en su comportamiento y, tristemente, se les estigmatiza
con una imagen negativa: maleducados, desafiantes y difíciles de manejar.
Lo
sorprendente es que esta visión no es nueva. A lo largo de la historia, muchas
generaciones han expresado preocupaciones similares. Ejemplos de ello son las
siguientes citas:
“Nuestra
juventud gusta del lujo y es mal educada, no hace caso a las autoridades y no
tiene el menor respeto por los mayores... nuestros hijos hoy son unos
verdaderos tiranos. No se ponen en pie cuando entra una persona anciana.
Responden a sus padres y son simplemente malos.” Sócrates (470 - 399 a.C.)
“Ya no tengo ninguna esperanza en el futuro de nuestro país, si la juventud de hoy toma mañana el poder, porque esta juventud es insoportable, a veces desenfrenada, simplemente horrible.” Hesíodo (720 a.C.)
Estos
pensamientos se repiten una y otra vez a lo largo de los siglos, reflejando
preocupaciones sobre el comportamiento de los jóvenes, que no son tan
diferentes a las de hoy.
El desarrollo adolescente desde un enfoque
contemporáneo
En
las últimas décadas, nuevos enfoques en el estudio del desarrollo humano han
puesto énfasis en la adolescencia, reconociéndola como una etapa delicada y
transformadora. De acuerdo con Barcelata y Rodríguez (2021), esta fase es un
proceso único y complejo, que depende de la interacción de factores
individuales y contextuales, como la familia, la escuela, el vecindario y la
cultura.
En
la actualidad, se reconoce que la adolescencia es una etapa de crecimiento,
pero también de oportunidades y desafíos. Las conductas de riesgo, a menudo
asociadas con esta etapa, pueden entenderse como intentos de los adolescentes
por definir su identidad y lograr la independencia. Estas conductas no siempre
deben verse como “problemas”, sino como parte de su proceso de autodefinición.
Sin
embargo, cuando las presiones del entorno superan los recursos personales y
sociales de los adolescentes, se pueden generar situaciones de estrés y
vulnerabilidad que impacten negativamente en su desarrollo.
La familia: un factor clave de protección
Uno
de los elementos más importantes en el desarrollo de los adolescentes es la
familia. Durante esta etapa, se suele experimentar una ruptura con la infancia,
lo que puede ser doloroso tanto para los jóvenes como para sus padres. Vázquez
(2023) señala que, durante la infancia, los padres son vistos casi como figuras
perfectas, pero al llegar a la adolescencia, los jóvenes comienzan a cuestionar
esta imagen idealizada y a desarrollar una identidad más autónoma. Este proceso
puede generar confusión y frustración, ya que los adolescentes se dan cuenta de
que sus padres no son infalibles.
Este
distanciamiento emocional puede manifestarse en actitudes de rebeldía,
arrogancia y desobediencia, pero es una parte necesaria de la transición hacia
la independencia. Aunque puede resultar doloroso para los padres, este
distanciamiento es esencial para que los adolescentes puedan construir su
propia identidad y, eventualmente, lograr una relación más equilibrada y
gratificante con sus padres.
Retos para los padres: cómo acompañar a los
adolescentes
La
entrada al bachillerato marca un momento clave en la vida de los adolescentes y
en la dinámica familiar. Los padres a menudo enfrentan nuevos desafíos mientras
sus hijos atraviesan cambios profundos. De acuerdo con Ardila (2007), las
discrepancias entre padres e hijos adolescentes suelen centrarse en temas como
las tareas domésticas, la imagen personal, el rendimiento académico, las
relaciones interpersonales y la regulación de actividades como las horas de
sueño y el uso del tiempo libre.
Estos conflictos a menudo surgen por expectativas no siempre alineadas entre ambas partes, lo que crea un espacio propicio para el diálogo. Es importante que los padres aprendan a ver estos conflictos como oportunidades para mejorar la comunicación y fortalecer la relación con sus hijos.
Sugerencias para acompañar a tu hijo/a
adolescente:
Crea un ambiente de seguridad en casa.
La
seguridad emocional en el hogar permite que los adolescentes se acerquen a sus
padres cuando enfrentan problemas, especialmente en situaciones difíciles
dentro de la escuela. Es importante recordar que los errores son oportunidades
de aprendizaje, más allá de razones para el castigo.
“Cuando
nuestros adolescentes tienen algún problema o situación difícil dentro del
colegio, la mayoría de las veces intentan ocultarlo por miedo a las
represalias. Ayudémosles a entender que los errores son también grandes
oportunidades de aprendizaje.”
Aprende a escuchar.
Los
adolescentes viven experiencias únicas y, a menudo, intensas. Es crucial que
los padres aprendan a escuchar sin minimizar o descalificar lo que están
viviendo. La escucha activa es fundamental para fortalecer la relación de
confianza.
“Escucha
de la manera en que tus hijos quieren hablarte y habla de tal manera que tus
hijos quieran escucharte.”
Brinda el tiempo necesario para acompañarlos en
momentos de necesidad.
Según
la organización "Mentes jóvenes" del Reino Unido, tener una relación
de confianza con al menos un adulto durante la adolescencia reduce
significativamente el riesgo de desarrollar problemas de salud mental. El
acompañamiento emocional constante puede marcar la diferencia.
“Al
tener una relación de confianza y apoyo con al menos un adulto durante la
adolescencia, los riesgos de padecer problemas de salud mental disminuyen
considerablemente.”
La
adolescencia es una etapa desafiante, tanto para los jóvenes como para los
padres. Sin embargo, es también una fase crucial para el crecimiento y la
construcción de identidad. Como padres, es esencial comprender que el
comportamiento de nuestros hijos no siempre es una señal de rebeldía sin causa,
sino una parte del proceso de transformación hacia la adultez. Al estar
presentes, ser comprensivos y fomentar una comunicación abierta, podemos ayudar
a nuestros hijos a navegar por esta etapa de manera saludable y constructiva.
Referencias.
- Aprendemos Juntos 2030. (27 de diciembre de 2021). Tres formas de hablar con tus hijos adolescentes. Antonio Rios, médico psicoterapeuta. (Video) YouTube. https://www.youtube.com/watch?v=6anw1uCBHuU
- Ardila, L. (2007). La Adolescencia: guía y talleres para padres y docentes. ECOE Ediciones.
- Barcelata, B. y Rodríguez, R. (2021). Salud emocional y afrontamiento en la adolescencia. Universidad Nacional Autónoma de México.
- Papalia, D., Olds, S., y Feldman, R. (2009). Psicología del Desarrollo. McGraw Hill.
- Vázquez, M. (5 de julio de 2023). Los padres, maestros y terapeutas ante la adolescencia. https://www.centroeleia.edu.mx/blog/los-padres-maestros-y-terapeutas-ante-la-adolescencia/
- Youngminds. (20 de abril de 2024). Having a trusted relationship with at least one adult. (Post). Facebook. Youngminds. https://youngminds.org.uk/parent
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